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Compilado por

Equipo El Guardián de la Salud

El páncreas se encuentra detrás del estómago, más cerca del comienzo del intestino delgado. Si bien muchas veces nos olvidamos de él, se trata de un órgano muy importante para el sistema digestivo. Sus células exocrinas ayudan a producir enzimas que colaboran en la digestión de los alimentos. Otra de sus funciones es la liberación de hormonas como insulina y glucagón a la sangre, para ayudar a mantener los niveles de azúcar en sangre. En el caso de los diabéticos, el páncreas intenta liberar más insulina, porque las células no la utilizan. Esto hace que el azúcar se acumule en el torrente sanguíneo.

¿Cómo ayuda el páncreas en la digestión?

El páncreas produce sustancias químicas en el momento y en las cantidades adecuadas para ayudar a la digestión. Cuando el alimento alcanza el duodeno, se libera un líquido que contiene enzimas digestivas. Este ayuda a descomponer el alimento en partes más pequeñas, de manera que puedan ser absorbidas a través de los intestinos.

Debido a que el páncreas tiene un rol vital en el cuerpo humano, es importante mantenerlo saludable, y la forma más fácil de hacerlo es a través de la alimentación.

Síntomas de una deficiencia en la función del páncreas

Los síntomas de una función pancreática deficiente (insuficiencia pancreática) no ocurren sino hasta que se ha perdido aproximadamente el 90% de su función. Uno de los síntomas puede estar asociado con una malabsorción de las grasas que, cuando es significativa, resulta en esteatorrea, es decir, heces sueltas, grasosas, malolientes y difíciles de limpiar del inodoro. Además, otro síntoma puede presentarse como intolerancia a la glucosa (glucosa alta en la sangre después de consumir azúcares y carbohidratos) y diabetes. Si la función pancreática se ve gravemente afectada, una persona puede experimentar también síntomas de deficiencias de vitaminas y nutrientes, y sufrir pérdida de peso.

Carbohidratos: la principal causa de triglicéridos altos Tener los triglicéridos extremadamente altos puede dar lugar a efectos secundarios como la pancreatitis, que es la inflamación del páncreas.

Los triglicéridos son la forma química de la grasa que se encuentra en los alimentos y también en el cuerpo. Cuando comemos, las calorías no utilizadas se convierten en triglicéridos y se almacenan en las células de grasa (algunos triglicéridos también están presentes en el torrente sanguíneo). Más tarde, serán liberados para satisfacer las necesidades energéticas de nuestro cuerpo. Sin embargo, tener concentraciones de triglicéridos muy elevadas en la sangre –condición conocida como hipertrigliceridemia–, hace que la persona tenga mayor riesgo de enfermedades cardíacas.

Como los triglicéridos son grasas, lamentablemente muchos expertos todavía creen que la forma de tratar este problema es con una dieta baja en grasas. Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto con las dietas bajas en grasa es que la gente tiende a reemplazar esos alimentos grasos por carbohidratos simples (harinas, azúcares, etc.), siendo estos la principal causa de triglicéridos altos.

Por lo general, tener los triglicéridos altos no presenta ningún síntoma, sino hasta que se desarrolla una enfermedad cardíaca. Por esto, la mejor manera de saber si sus niveles de triglicéridos están dentro del rango normal es con un análisis de sangre. Los triglicéridos extremadamente altos también pueden producir otras condiciones tales como pancreatitis, agrandamiento del hígado y del bazo, y xantomas, o depósitos de grasa en la piel.

Ahora, si sus niveles de triglicéridos están elevados, es probable que tenga una anomalía grave en el equilibrio de insulina en su cuerpo, y es muy importante que los baje (por medio de la limitación del consumo de azúcares y carbohidratos).

Ahora, afortunadamente, usted con este artículo se está armado con la información que necesita para poner las cosas bajo control: los triglicéridos elevados son uno de los problemas más fáciles y directos de corregir. Basta con reducir o eliminar drásticamente los granos y azúcares en su alimentación. Dentro de este tipo de alimentos están:

pan, pasta, arroz, papas, maíz, cereales, galletas (dulces y saladas), y los dulces como caramelos, helados y jugo de frutas, entre otros.

Aunque este tipo de cambio dietético puede sonar abrumador y difícil de comenzar, llevando a cabo una alimentación más natural pronto romperá su adicción a los granos y el azúcar, disminuirá su deseo o antojos por este tipo de alimentos y, a la vez, bajará sus niveles de triglicéridos.

Además, es probable que sienta más energía de la que ha tenido en años.

Alimentos para un páncreas sano

Dentro de los ajustes que deberá realizar en su alimentación restringiendo o eliminando los azúcares y granos refinados, tendrá que incorporar más de otro tipo de alimentos que mencionamos a continuación, ya que estos fortalecerán la función del páncreas y así este órgano podrá seguir realizando sus importantes funciones.

 

Ajo: Es una ayuda importante para el páncreas. El ajo reduce la cantidad de azúcar en la sangre y estimula el páncreas para que produzca suficiente cantidad de insulina. Además, tanto el ajo como la cebolla tienen compuestos que ayudan en la prevención del cáncer.

El objetivo es comer uno a dos dientes de ajo ligeramente machacados cada día, ya sea solos o añadidos a sus alimentos. Sólo asegúrese de masticar unas ramitas de perejil después de comer ajo para refrescar su aliento.

Orégano: Debido a que es rico en antioxidantes fenólicos naturales, resulta prometedor como una ayuda en el tratamiento para los trastornos causados ​​por la oxidación, como la diabetes. En el 2004, investigadores de la Universidad de Massachusetts estudiaron los compuestos antidiabéticos del orégano, y descubrieron que estos podrían inhibir la amilasa pancreática porcina. Estos resultados apoyan la creencia tradicional de que el orégano es un compuesto anti-hiperglicémico que puede ayudar en el manejo de la hiperglicemia y/o las complicaciones de la diabetes a largo plazo. Agréguelo en abundancia a sus comidas, sopas y ensaladas.

Limón: Junto con otros alimentos ácidos, fomenta la liberación de enzimas digestivas vitales del páncreas.

Las limas y los kiwis también son beneficiosas para este órgano.

 

 

Uvas rojas: son una buena fuente de resveratrol, un poderoso antioxidante. Si tiene pancreatitis, evite el vino tinto y coma un puñado de uvas rojas en su lugar.

Diente de león: puede ser una ayuda eficaz contra las células de cáncer pancreático agresivo, y especialmente contra aquellos tipos de cáncer que parecen ser resistentes a otros tipos de tratamientos. En el 2012, científicos en Canadá encontraron que el extracto de raíz de diente de león indujo la muerte de células cancerosas, pero no afectó a las células normales o sanas. La infusión de diente de león es conocida por eliminar las toxinas de los intestinos y por ayudar a curar los tejidos pancreáticos dañados.

Preparación:

Ponga a hervir una taza de agua. Cuando alcance el punto de ebullición, añada 1 cucharada de diente de león (fresco o seco) y deje hervir a fuego bajo durante 3 minutos. Apague y deje reposar tapado por 5 minutos. Luego cuele, endulce con stevia si gusta, y beba dos o tres tazas al día.

 

Espinacas: Es una buena fuente de hierro y vitamina B, ambos necesarios para la salud del páncreas.

 

 

Brócoli: Junto con otros vegetales crucíferos como repollitos de Bruselas, repollo y coliflor, contienen compuestos químicos potentes que pueden ayudar a prevenir el cáncer.

 

 

Yogur con cultivos activos o kéfir (yogur de pajaritos): Son una buena fuente de probióticos, bacterias beneficiosas que ayudan a mantener el sistema inmunológico y digestivo funcionando en óptimas condiciones. Elija un yogur sin azúcar añadida, y trate de consumir uno al día.

Hojas de olivo: Contienen ingredientes que desintoxican la sangre mientras mejoran la circulación. Evitan que los radicales libres causen daño y produzcan enfermedades, y bajan la presión arterial. El consumo de extracto de hoja de olivo regularmente puede fortalecer la función hepática, la tiroides y el páncreas.

El compuesto activo en las hojas de olivo es la oleuropeína, que es una sustancia antiinflamatoria que se encuentra dentro del páncreas.

Introducir más de este compuesto en el cuerpo ayuda a reducir el dolor y la hinchazón asociada con la pancreatitis. Las hoja de olivo también tienen ácido oleico, que ayuda a matar los radicales libres que pueden causar daño celular al páncreas. Además, los estudios demuestran que las hojas de olivo pueden inhibir el crecimiento de las células cancerosas y su consumo regular puede reducir el riesgo de cáncer de mama y de páncreas.

 Infusión de hojas de olivo: Tome varias hojas de olivo y lávelas muy bien. Luego póngalas en un horno a baja temperatura (65°C) por unos minutos hasta que estén secas. Tritúrelas con la mano quitando los tallos. Agregue 1 cdta. de té de estas hojas en una taza y vierta agua recién hervida. Deje reposar por 10 a 15 minutos, cuele y está listo. El sabor del té es amargo, por lo que puede endulzarlo con un poco de miel o stevia. Tome 3 tazas al día, junto con las comidas principales para evitar irritación del estómago.

 

Recomendaciones finales:

Si quiere mejorar la salud de su páncreas, aumente el consumo de los alimentos aquí recomendados; manténgase alejado de la comida chatarra, las masas y los azúcares en todas sus formas; beba mucha agua pura para mantenerse hidratado; evite fumar; minimice el consumo de alcohol; y tome duchas calientes o baños de tina para estimular la digestión y reducir el estrés.

Al saber qué alimentos pueden beneficiar su páncreas y cuáles no, usted será capaz de hacer diferentes combinaciones y crear recetas saludables para disfrutar de forma cotidiana.

 

Fuentes:

https://www.healingnaturallybybee.com/pancreas-signs-of-poor-function-and-treatments/

http://www.livestrong.com/article/36490-foods-heal-pancreas/

http://naturalon.com/best-12-foods-herbs-healthy-pancreas/view-all/

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