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Compilado por Iván Soto / Iridologo Fitoterapeuta Ancestral

La función del hígado es ayudar al cuerpo a eliminar toxinas, almacenar nutrientes y a digerir grasas. Es como el laboratorio de nuestro organismo, ya que depura la sangre y ayuda a eliminar sustancias químicas nocivas y bacterias, crea la bilis que descompone las grasas, almacena diferentes nutrientes esenciales (vitaminas, minerales y azúcares), metaboliza las grasas, proteínas e hidratos de carbono, es útil en la asimilación de vitaminas liposolubles y puede contener hasta un 10% de la sangre total del cuerpo.

El hígado cumple la función de desintoxicar el cuerpo, ya que convierte las sustancias tóxicas en menos dañinas y, por ende, factibles de ser excretadas del organismo. Junto al hígado trabaja la vesícula biliar, cuya principal función es la de producir la bilis, que sirve a su vez para la digestión de las grasas.

Para la salud en general es fundamental que el hígado se encuentre en condiciones óptimas y funcione correctamente.

Precisamente en relación a los trastornos que el día de hoy más afectan, podemos nombrar el hígado graso, hepatitis C, hemocromatosis y la cirrosis. Nuestros hábitos alimenticios y de salud, pueden influir en el hígado tanto de manera positiva como de forma muy negativa. La acumulación de elementos tóxicos hace recomendable la desintoxicar hepática de forma natural al menos una vez al año.

 

¿Cómo desintoxicar el hígado?

Como primer paso, es fundamental y muy importante dejar de continuar produciendo intoxicación hepática, evitando aquellas sustancias que contribuyen a acumular los tóxicos que perjudican gravemente la salud de nuestro hígado. Los más importantes son las bebidas alcohólicas, el café, tabaco, ingestión excesiva de medicamentos.

La dieta tiene una gran influencia a la hora de desintoxicar del hígado. Uno de los puntos clave, es evitar comer mezclando carbohidratos con grasas, y carnes. Si come carne, que sea magra acompañada de vegetales (excepto los almidonados como papas, choclo, yuca). Evite los estimulantes como el alcohol, café y bebidas con cafeína. También la comida chatarra y carbohidratos refinados como harinas blancas, azucares y bebidas de fantasía.

El objetivo es reducir al máximo el nivel de toxicidad en el órgano, lo que se consigue eliminando el aporte de tóxicos externos y dando menos trabajo de digestibilidad al organismo, de esta manera ayudará a los diferentes órganos emuntorios a llevar a cabo su función de eliminar toxinas.

Como en algunas ocasiones es posible que el hígado no cause síntomas cuando se encuentra intoxicado, lo más recomendable es acudir a un profesional quien pueda hacerle un chequeo mediante exámenes, para ver en qué estado se encuentra su hígado.

Las pruebas de función hepática son análisis de sangre donde se comprueban los niveles de ciertos parámetros, como la actividad de las enzimas hepáticas. Buscan daños en el hígado y pueden ayudar a diagnosticar enfermedades como la hepatitis y la cirrosis. Dichas pruebas consisten en medir ciertas proteínas, enzimas y sustancias, incluyendo:

  • La albúmina: Una proteína que produce el hígado
  • La proteína total
  • Las enzimas que se encuentran en el hígado: entre ellas la alanina aminotransferasa, aspartato aminotransferasa, fosfatasa alcalina y gamma-glutamil transpeptidasa.
  • La bilirrubina: sustancia de color amarillo que es parte de la bilis. Se forma cuando los glóbulos rojos se descomponen. El exceso de bilirrubina en la sangre puede causar ictericia.
  • El tiempo de coagulación: el hígado produce la protrombina, responsable de la coagulación de la sangre.

 

Hierbas y plantas

Cardo mariano (Silybum marianum, cardo de leche), es rico en flavonoides conocidos colectivamente como silimarina, esta ayuda a mejorar la función normal y saludable del hígado a través de tres acciones primarias:

  • Cuando se une al exterior de la membrana celular, inhibe la entrada de las toxinas no deseadas en las células.
  • Protege al hígado gracias a su acción antioxidante. El hígado genera radicales libres y especies reactivas de oxígeno (por ejemplo, peróxidos) como resultado de su metabolismo y desintoxicación normales. Si no se controlan, estos radicales pueden interferir con las funciones celulares normales. Afortunadamente, la silimarina proporciona apoyo para paliar el daño de los radicales libres.
  • La silimarina, factor actívo del cardo mariano, ayuda a mantener niveles saludables de glutatión y superóxido dismutasa, dos antioxidantes primarios en el hígado. Estimula las células hepáticas alteradas para que vuelvan a su estado fisiológico normal.

La alcachofa (Cynara scolymus), se ha utilizado medicinalmente durante siglos. Sin duda beneficiosa para el hígado. Los extractos de alcachofa ayudan a soportar los daños oxidativos de las células, y pueden estimular el flujo de la bilis del hígado. Se cree que la utilidad de la alcachofa en la salud del hígado es debido a su contenido en ácidos cafeoilquínicos, como la cinarina y los flavonoides.

La cúrcuma: ha demostrado potentes propiedades antioxidantes y también proporciona un apoyo importante para la salud hepática.

Diente de León (Taraxacum), ha sido tradicionalmente utilizado como una hierba desintoxicante que trabaja principalmente en el hígado y la vesícula biliar. Estimula la eliminación de toxinas.

 

Alimentos que ayudan

Frutas: ricas en azúcares, favorecen el funcionamiento hepático. Destacan las manzanas verdes por su contenido de ácido málico, las uvas, ciruelas, cerezas, fresas y nísperos.

Verduras y hortalizas: aportan potasio y otros nutrientes importantísimos en caso de trastornos del hígado. Lo mejor es comerlas crudas o cocinadas con poca sal (prefiere siempre la sal de mar). Las de más ayuda hepática con las alcachofas, cardos (pencas), rábanos, espárragos, lechuga escarola, endivias, achicoria y berenjena.

Lecitina: es rica en colina, un nutriente importante en el metabolismo del hígado, que ayuda a evitar que se deposite grasa en este órgano. Puedes leer un artículo sobre sus bondades en la página 25.

Alimentos ricos en Vitamina B1: cereales integrales y biológicos, legumbres (soja y lentejas).

Alimentos ricos en Vitamina B6: germen de trigo, lentejas, carne e hígado de vacuno (comer solo con vegetales), salmón, levadura de cerveza. También la B6 constituye un buen complemento dietético  ya que abunda en los cereales integrales, frutos secos (nueces, avellanas, pistachos), paltas, y en menor cantidad, en ciertas frutas como el plátano y verduras verdes como los porotos verdes, puerro, espinacas y coles.

Alimentos ricos en vitamina B12: huevos, lácteos (sobre todo los quesos curados, los cuales deben comerse en cantidades pequeñas y nunca con pan ni otro carbohidrato), pescados, carne e hígado de vacuno. En los vegetales, está disponible en derivados fermentados de la soja y en algas.

Ácidos grasos Omega-3: entre sus muchos beneficios, atenúan la esteatosis hepática, inducen genes sensibilizadores a la insulina en tejido adiposo e hígado. Puedes encontrarlo en pescados azules de agua fría como, sardinas, salmón, caballa, bacalao etc. Puedes suplementarlo!

Según un estudio que llevó a cabo la Universidad de Haifa de Israel, indica que las vitaminas E y C actúan como antioxidantes y que podrían ayudar a reducir el proceso de inflamación en el hígado graso. Fue publicado en el año 2019 en la revista Digestive and Liver Disease.

Fuentes: https://www.consumer.es/alimentacion/vitaminas-para-el-higado.html  https://www.douglaslabs.es/blog/como-desintoxicar-el-higado-de-forma-natural/  https://www.ynetespanol.com/tendencias/salud/article/SJz4nanuB

Si quieres aprender más acerca de la salud hepática haz click abajo:

Revista Soluciones Digital Nº6 Salud renal y Hepática

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