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No alcanzamos a respirar profundo cuando vemos que ¡se nos va el año! .Diciembre es demasiado corto y  entre graduaciones, despedidas, compra de regalos, planificación de cenas de fin de año, etc. y otros,  el sistema nervioso termina destrozado.

Por Chepita Fuentes

Empiece el mes defendiéndose de estas inevitables agresiones del diario vivir, con estos sencillos secretos de la abuela:

1.Jamás olvide empezar el día con un gran vaso de agua pura con el jugo de medio limón. Acompañe este vaso con un diente de ajo crudo cortado en varios pedacitos, y con cada sorbo del agua trague un trozo. Con esto le regalará a su organismo la mejor y más completa acción antioxidante, que lo preparará para los desordenes gástricos que vendrán inevitablemente.

Para los nervios, los tecitos antes de acostarse son lo mejor:

  • Primera noche: té de manzanilla
  • Segunda Noche, té de hojas de naranjo (3)
  • Tercera noche: té de una hoja y una flor de pasiflora (pasión del Señor o pasionaria). Puede reemplazarla por melisa, comúnmente llamada “toronjil para la pena”.

Siga respetando el orden de este trío durante todo el mes de diciembre y verá que podrá realizar los ajetreos de fin de año sin ansiedad que le dañe, y esperar el año nuevo con agradable serenidad.

¡Reciba un gran abrazo de fin de año con inmenso amor!

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