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Basado en el libro “Cambia tu cerebro, cambia tu vida” del Dr. Daniel Amen

Psiquiatra y especialista en trastornos cerebrales

Calentamiento de manos

Una técnica fascinante que favorece la relajación es aprender a calentar las manos con el cerebro. Al usar imágenes mentales de actividades que calientan las manos como poner las manos frente a un fuego tibio, sostener una taza de té de hierbas tibio, tocar la piel tibia de su pareja o sentarse en un jacuzzi, muchas personas pueden aumentar la temperatura en sus manos e inducir un estado generalizado de relajación cerebral y corporal.

Cada vez que estamos estresados, nuestras manos se enfrían porque la sangre se desvía de las manos y los pies a los grandes músculos de los hombros y las caderas, preparándonos para luchar o huir. Calentar las manos contrarresta la respuesta al estrés. Hay una serie de estudios que informan una presión arterial más baja con el calentamiento de las manos. En un estudio de Corea se utilizó para tratar a pacientes con hipertensión. Se observó una disminución significativa de la presión arterial sistólica y diastólica en el grupo de tratamiento.

Recuerde: poner sus manos en agua tibia para lavar platos también lo relajará.

Escuche música curativa

La música clásica y otras melodías hermosas y relajantes pueden estimular positivamente su cerebro. La musicoterapia, de hecho, ha sido parte del tratamiento psiquiátrico durante décadas debido a sus propiedades curativas. La música alegre y de tiempo rápido puede estimular a los pacientes deprimidos de manera positiva, mientras que cierta música tiene un efecto calmante en los pacientes.

Por ejemplo, la música del compositor Barry Goldstein se utiliza con fines terapéuticos en hospitales, hospicios y otros centros de curación porque ayuda a facilitar la relajación y mejorar el sueño, reducir el estrés, la ansiedad, y proporcionar otros beneficios de apoyo para el cerebro.

Utilice el canto, la entonación y el tarareo

El canto a menudo se asocia con la experiencia espiritual. Las personas pueden transformarse bastante cuando empiezan a cantar. Es probable que ciertos tipos de melodías abran nuevos caminos hacia la mente. Así que cante cuándo y dónde pueda.

En su libro El efecto Mozart, Don Campbell también enumera los beneficios de usar la voz para mejorar el estado de ánimo, así como la memoria. Él dice que todas las formas de vocalización, incluido el canto, el yodel, el tarareo, la recitación de poesía y simplemente hablar, pueden ser terapéuticas. Pero “nada rivaliza con la entonación”, concluye. La palabra entonación significa producir sonidos con vocales alargadas durante largos períodos de tiempo. Ah, ou, ee, ay, oh son ejemplos de sonidos tonificantes.

Campbell dice respecto a cuándo las personas entonan regularmente durante cinco minutos al día: “He visto a miles de personas relajarse en sus voces, volverse más centrados en sus cuerpos, liberar el miedo y otras emociones… He visto a muchas personas aplicar la entonación de manera práctica, desde relajarse antes de un temido examen, hasta eliminar los síntomas de tinnitus o dolores de cabeza por migraña… La entonación ha sido eficaz para aliviar el insomnio y otros trastornos del sueño. La entonación equilibra las ondas cerebrales, profundiza la respiración, reduce el ritmo cardíaco y transmite una sensación general de bienestar”.

Campbell informa que, según su experiencia, ciertos sonidos tienden a tener ciertos efectos en el cuerpo y las emociones:

  • Ahhh – evoca inmediatamente una respuesta de relajación.
  • Eeee y Ayyy – Son los más estimulantes de los sonidos vocálicos; ayudan con la concentración, liberando el dolor y la ira.
  • Ohhh y Ouuu – considerados los más ricos de los sonidos; pueden calentar la temperatura de la piel y relajar la tensión muscular.

Intente entonarlos durante cinco minutos al día durante dos semanas para ver si le ayuda.

De manera similar, tararear también puede marcar una diferencia positiva en el estado de ánimo, así como en la memoria. Mozart tarareaba mientras componía. Los niños tararean cuando están felices. Los adultos suelen tararear melodías que pasan por sus mentes, levantándoles el ánimo y afinando su mente. Así que concéntrese conscientemente en tararear durante el día y, a medida que el sonido active su cerebro, se sentirá más vivo y su cerebro se sentirá más sintonizado con el momento.

Propósito y pasión: Lo peor que puede hacer es sentarse ansiosamente y obsesionarse con lo mal que se siente.

Tener un profundo sentido de pasión y propósito puede conducir a una sensación de calma. Sentirse sin rumbo o sin propósito se ha asociado con la “ansiedad flotante”, así que, cuando se sienta ansioso, lo mejor es que se concentre en actividades significativas y dirigidas a objetivos. Estas no solo lo distraerán de la angustia y el estrés que genera la ansiedad, sino que lo conectarán con un mayor sentido de propósito, lo que también puede ayudarlo a sentirse mejor.

Considere no olvidar su espiritualidad

La investigación ha sugerido que la fe y el frecuentar con quienes la comparten, puede ofrecer significado y sentido a la vida. El compartir con personas que profesen la misma fe ayuda a tener diferentes mecanismos de afrontamiento que pueden mejorar la salud física y emocional. La fe puede ser una poderosa fuerza motivadora que, cuando se comparte con otros, de manera profunda, a menudo reciben y entregan apoyo emocional unos de otros.

Fuente: Libro “Cambia tu cerebro, cambia tu vida” de Dr. Daniel Amen

 

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