Compilado por Jaime Pacheco / Iridólogo, Naturópata Holístico
La palabra “lupus” viene del latín y significa “lobo”, debido al típico sarpullido en forma de mariposa que aparece en las mejillas y en la nariz de personas afectadas por la enfermedad.
Tradicionalmente se entiende como una enfermedad inflamatoria crónica que puede afectar a muchos órganos del cuerpo. Se clasifica como una enfermedad de tipo autoinmune, es decir, se cree que se presenta cuando los mecanismos del sistema inmunológico crean anticuerpos para combatir los tejidos del propio organismo.
Si bien aún no se ha establecido con seguridad una causa determinada por la cual se presenta esta enfermedad, lo que es real es que en la mayoría de los casos existe una intoxicación y acidificación crónica del organismo, por lo cual se debe contrarrestar las toxinas de la permeabilización intestinal.
Los primeros y más comunes síntomas son parecidos a la artritis, como el dolor de dedos y articulaciones, y fatiga. También fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos, lesiones rojas y escamosas, sarpullido rojo en las mejillas y/o úlceras en la boca.
Para manejar el lupus lo primero es enfocarse en desintoxicar el organismo alcalinizándolo, para restaurar y fortalecer todas las funciones excretoras. En casos más graves y crónicos es importante evaluar funciones hepáticas, renales, y posibles alteraciones metabólicas (gota, síndrome metabólico, artritis).
Suplementos (las dosis dependen de una evaluación de singularidad de necesidades)
- Calcio
- Magnesio
- Enzimas proteolíticas
- L-lisina
- Omega 3
- minerales
- Glucosamina
- vitamina A
- Complejo B
- Vitamina C de calidad ortomolecular
- Vitamina E natural (Aceite de germen de trigo)
- Acidophilus (probióticos).
Alimentación
Se recomienda en lo posible que la alimentación sea alcalina, restringida a un 20% de alimentos ácidos.
Implemente una dieta suave para los riñones, baja en grasa, sal y en proteínas de origen animal. Coma espárragos, huevos, ajo y cebolla, aportan azufre que favorece la absorción de calcio para reparar cartílagos, tejido conectivo y los huesos.
Consuma arroz integral, pescado, vegetales de hoja verde, frutas frescas (no cítricas), harina de avena y cereales integrales.
Elimine de la dieta el azúcar refinado, harinas blancas, cecinas, embutidos, berenjenas, cafeína, carnes rojas, frutas cítricas, leche, papas, pimientos, productos lácteos, sal, tabaco, tomate, que aumentan la inflamación y el dolor en estos casos.
Recomendaciones
Reposa mucho, haga ejercicio regular, pero con moderación, no se exponga al sol fuerte, evite los productos químicos, y tenga cuidado con los anticonceptivos orales porque a menudo exacerban la enfermedad.
En mi experiencia, la aplicación de frecuencias electromagnéticas junto con el tratamiento biológico – naturista puede ayudar en gran medida al curso de la enfermedad, pues remueven los depósitos ácidos de los tejidos, desinflaman, alivian el dolor y recuperan la función alterada de oxigenación y nutrición celular.
Bibliografía: Base de datos personales; Phyllis A. Balch & James F. Balch.